EL SIRVIENTE MARIPOSA , EL CUENTO DE BINGQIAN

Este cuento ha sido escrito e ilustrado por nuestra querida pequeña gran artista Bingqian 


EL SIRVIENTE MARIPOSA

En un lejano lugar, vivía una chica llamada Irene, es rubia, tiene los ojos rojos y grandes, la nariz chata, la piel blanca, es de estatura, media, es amable, un poco miedica y algo tímida. Lo que siempre quiso Irene, es un amigo.

La gente del pueblo desprecia a Irene por el color de sus ojos, creen que es un monstruo, y que está maldita. Aunque ella intenta ser amable con todos.

Un día, decide hablar con la chica que vive al lado suya:

- Hola, yo... (Antes de que pudiera terminar la frase, la chica la interrumpió.)

- ¡No te acerques a mí, no quiero estar poseída! (La chica dijo con mal genio.)

- Pero yo... (Irene se siente mal.)

- ¡Vete y no vuelvas! (La chica gritó otra vez y cerró de golpe la puerta.)

- Al menos, me ha hablado. (Irene suspira.)

Varias semanas después, Irene está sentada delante de la puerta de su casa. Una mariposa blanca, vuela alrededor de ella, y se queda delante suya, Irene inclinó un poco la cabeza:

- ¿También estás sólo? (Irene le preguntó.)

- Pues ya somos dos.

La mariposa brilló y brilló, hasta convertirse en una luz blanca, y de la luz salió un chico vestido todo de blanco, con el pelo blanco y los ojos verdes. Irene no podía creer lo que estaba viendo"¡¿un chico salido de la nada?!"Pensó Irene, entonces, el chico habló:

- Hola, princesa Irene, vengo a serviros.

- ¿Yo?¿Princesa? (Irene señaló a sí misma.)

- Me llamo Lucas, estoy a vuestro servicio, sus deseos son órdenes para mí.(Lucas le sonrió.)

- ¿En serio? (Dijo Irene con ilusión.)

- ¿Podrías hacer que tuviera más amigos?

- Por supuesto. (Lucas asintió con la cabeza.)

  Desde entonces, la vida de Irene fue mucho mejor, tuvo muchos amigos, no pasó hambre y tuvo todo lo       que quiso. Ella y Lucas se hicieron muy buenos amigos, Irene nunca pide cosas fuera de lugar, por que      sabe   bien los límites de Lucas.

Un día, Irene estaba como siempre, sentada delante de la puerta y vino Lucas:

- Irene, yo... tengo que decirte algo.

- ¿Qué es? (Irene levantó la cabeza.)

- Tengo,...tengo que marcharme. (Dijo Lucas con dificultad, no quiere hacer daño a Irene.)

- ¿Por qué? (Al oír eso, Irene se levantó de golpe.)

- Yo he venido a ayudarte, ahora que tu vida es mejor, me tengo que marchar.

- Pero mi vida no será mejor sin ti, por favor, quédate. (Irene le suplicó.)
- Lo siento, pero no puedo. (Lucas se hechó hacia atrás, su cuerpo empezó a brillar y brillar, y se convirtió en mil mariposas blancas.
- Cuídate. (Eso fue lo último que le dijo.)
- ¡Lucas! No, no, quédate, quédate conmigo... (Irene empezó a llorar, las lágrimas cayeron en sus palmas, no paró de decir "Lucas, quédate..."

Días después, Irene se quedó dormida delante de la puerta, abrió los ojos, y vió a una cara que podría reconocer en cualquier parte, Lucas le sonrió, como la primera vez, dijo:

- Hola, princesa Irene, estoy a vuestro servicio.
- ¡¿Lucas?!(Dijo Irene sorprendida y llena de alegría, se levantó y abrazó a Lucas.
- Has vuelto...
- Sí, Irene, he vuelto, para no irme más.